El difícil reto del brexit para el transporte

El 31 de diciembre de 2020 concluye el periodo de transición para la salida del Reino Unido de la Unión Europea y a día de hoy, todavía no se han expuesto las medidas concretas que se llevarán a cabo. La ausencia de éstas afectará, de forma muy significativa, a la economía del Reino Unido, al igual que a la de la Unión Europea, y muy estrechamente al sector transporte.

Las posturas iniciales no han cambiado, los dirigentes del Reino Unido, mantienen la idea de romper el acuerdo de salida, a pesar de haber sido advertidos acerca de que es el mismo acuerdo el que viola el derecho internacional. Sectores como el logístico y el transporte de Reino Unido critican abiertamente la falta de medidas y medios que podrían evitar, los más que previsibles, problemas logísticos que avecinan las fronteras. La ausencia de dichas medidas hace que todo el sector del transporte de ambas orillas se pueda enfrentar a una situación caótica, con problemas para poder acceder al Reino Unido tanto por el Eurotunel como por vía marítima.

Un aspecto importante, que afecta tanto a los transportistas, como a los cargadores, así como a los clientes propietarios finales de la mercancía, es la nueva documentación aduanera. Con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las relaciones entre cualquier país de la UE y el Reino Unido se transforman en una relación de “terceros países”, lo cual significa que toda mercancía que sea exportada al Reino Unido, deberá realizar su correspondiente proceso aduanero, para el pago de impuestos y aranceles; mismo proceso para las mercancías en régimen de importación con origen Reino Unido y destino Unión Europea.

Todo indica, que deberá existir una nueva documentación para poder realizar este proceso aduanero, pero todo está sujeto al acuerdo pendiente de firmar entre ambas partes antes del 31 de diciembre del 2020. A pesar de que el Reino Unido ha manifestado estar ya trabajando en un sistema informático que permita gestionar el flujo de tráfico de mercancías, hay evidencias claras de que aún está en fase de desarrollo.


Logesta considera firmemente que, si no se adoptan medidas de forma inmediata, durante las primeras semanas de año, los problemas en la frontera ocasionarán retrasos e incluso, en el peor de los casos, el bloqueo de cientos de camiones.


“No queremos que las mercancías de nuestros clientes se queden bloqueadas en las fronteras. No queremos tampoco ver a nuestros transportistas “atrapados” en áreas de descanso inadecuadas, saturadas, y donde no se puedan garantizar los servicios básicos. Al volante de cada camión hay un conductor, y nosotros, así como las diferentes instituciones, debemos velar por ellos.  No queremos afrontar largas horas de espera en Calais o en la zona inglesa, por los consiguientes problemas que todo ello generaría tanto a nuestros transportistas, como a nuestros clientes.”

Publicado 30 de noviembre de 2020